El arte espacial soviético
“Podemos llamar a Sokolov el deán del arte espacial Soviético”
Andrei Sokolov [Андрей Константинович Соколов] nació en 1931 en Leningrado, actual San Petersburgo. Estudió arquitectura en el МАРХИ (Instituto de Arquitectura de Moscú) y ya con 24 años colaboró con sus ilustraciones en diferentes exposiciones, la mayoría sobre ciencia ficción. Desde la infancia, a Sokolov le había fascinado Konstantin Tsiolkovsky, padre de la cosmonáutica, pero también la literatura de ciencia ficción, sobre todo autores como Aleksandr Beliáyev, Julio Verne e incluso Ray Bradbury. Era tal su admiración por la obra de Bradbury, que una de sus primeras series de ilustraciones será sobre Fahrenheit 451 a principios de la década de los 50.
En 1957 tras vivir el lanzamiento del Sputnik, pasa a dedicarse por completo a la representación de la carrera espacial.
Fue tal la fama que alcanzó Sokolov como ilustrador que el famoso escritor Ivan Efremov le dedicó un relato llamado «Cinco pinturas» (que podéis leer aquí). Para hacer más evidente el peso que tuvo en la literatura, el célebre libro «Las fuentes del Paraíso» de Arthur C. Clarke tiene su origen en unas conversaciones entre Sokolov y el autor sobre el concepto de un ascensor espacial, como vemos en parte de las memorias de Clarke (aquí el extracto). Sokolov también había tanteado esta idea en algunas ilustraciones que realizó para el libro que publicó en 1967 con Alexei Leonov.
Leonov ha sido el primer astronauta/artista que viajó con lápices y papel en sus misiones. Ambos desarrollaron una gran amistad que los llevó a realizar multitud de ilustraciones y a publicar diferentes libros, siendo el más conocido «Las estrellas nos esperan» publicado en 1967 donde además de increíbles ilustraciones, encontramos el texto del prólogo firmado por Yuri Gagarin.
Acercándonos más a Estados Unidos, cuando Leonov vió en 1969 el filme 2001: Odisea en el espacio le comentó al autor, Arthur C. Clarke que la alineación de la Luna, la Tierra y el Sol que sale justo al inicio de la película es idéntica a una pintura suya. La única diferencia era el encuadre algo más diagonal de la pintura de Leonov. Clarke tuvo en la pared de su oficina un boceto firmado de esta pintura que Leónov le hizo después de la proyección.
Sokolov y Leonov, junto a muchos otros artistas del momento, realizaron una grandísima labor de divulgación del arte espacial y la exploración espacial tanto dentro como fuera de la Unión Soviética. Y les debemos gran parte del imaginario de ciencia ficción con el que contamos hoy día y el que nos queda por descubrir, así que, en palabras de Gagarin, Поехали! (Poyejali!)