El último autor a destacar nace más tarde, pero su labor tanto artística como divulgativa ha sido mucho más amplia que la de sus predecesores. Hablamos de Ron Miller, nacido en Minneapolis en 1947. Estudió Bellas Artes y trabajó como diseñador e ilustrador durante seis años, perfeccionando y puliendo su estilo. Trabajó además como director artístico del Planetario del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian, pero dejó el puesto para dedicarse íntegramente a la labor editorial e ilustradora.
Su labor reside en crear interés en la astronomía en las nuevas generaciones gracias a textos e imágenes que los hagan evadirse y llevar a perseguir un futuro que ahora tal vez se plantea como imposible. Miller cuenta con más de 50 publicaciones a sus espaldas además de multitud de colaboraciones con revistas tanto científicas como artísticas. Si tuviéramos que destacar una de sus publicaciones sería The Grand Tour (1981) al que la sociedad Astronómica del Pacifico denominaría un clásico moderno, realizando aquel viaje que ya empezaron Bonestell, Clarke y las Voyager. Miller lo sublima con ilustraciones magníficas acompañadas de textos de William K. Kartmann, célebre artista y astrónomo.
En su labor artística encontramos similitudes con la de Bonestell, pues Miller también ha trabajado en el cine, siendo artista de los fondos mate de películas como Dune (David Lynch, 1984) o Desafío total (Total Recall, Paul Verhoeven, 1990) entre otras muchas. Miller también ha colaborado con agencias espaciales como ilustrador de noticias y artículos, labor que continúa desempeñando siendo uno de sus últimos artículos una serie de ilustraciones de Plutón durante los años previos a la llegada de la sonda New Horizons en 2015.
Como sucedió con Pesek, sus conocimientos tanto astronómicos como artísticos mostraron unos resultados que guardaban un asombroso parecido con lo que acabó siendo realidad. Y como hemos mencionado antes, una de las características más llamativas de Ron Miller la vemos en las técnicas. Mientras que Rudaux solía trabajar en tempera y gouache, Bonestell solo trabajó oleos. Pesek, como Rudaux, con temperas y gouache.
Miller avanzará con su tiempo y no encontrará impedimento alguno en saltar al arte digital y la utilización de softwares. Es tal su adaptación que en los últimos años sus ilustraciones han dado el salto a las apps con Journey to the Exoplanets. Su estilo se mantiene y reconoceremos los mismos paisajes amplios y de gran veracidad que realizaba en óleo, solo que trascendiendo a la pintura digital. En palabras del artista:
“Me resistí a hacer nada digital mucho tiempo. Una de las razones era que tenía miedo de que mi trabajo pareciera genéricamente «digital». Pero cuando presenté mi primera obra de arte espacial digital a mis colegas y les oí decir: «eso parece una de pintura Ron Miller» estaba convencido. De lo que me di cuenta fue de que el medio era en un sentido muy amplio irrelevante…lo que realmente importaba era la sensibilidad de los propios artistas”
Miller cuenta con gran presencia en las redes sociales y hoy día continúa escribiendo artículos de gran difusión con excelentes ilustraciones.
Sofía López es Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, actualmente finalizando sus estudios de máster en Museología y Estudios de Museos. Desde siempre la astronomía ha sido una de sus grandes pasiones, que a través del Space Art y de la tradición de ilustraciones astronómicas que se extiende a lo largo de la historia, encuentra el perfecto punto de unión entre ambas disciplinas. En 2016 colaboró con el SACI College of Art & Design Florence en el simposio From Galileo to Mars organizado con NASA, y al año siguiente publicó un artículo para la revista Descubrir la Historia, y más recientemente otro para Astronomía Magazine. En el ámbito cultural malagueño, ha dado varias conferencias tanto para la Facultad de Filosofía y Letras como para la Sociedad Malagueña de Astronomía. Ha trabajado en el Centre Pompidou Málaga y en la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo/Málaga.
