Lucien Rudaux (1874 – 1947) apodado “el abuelo del arte espacial” se unió a la sociedad astronómica francesa con 18 años en 1892, donde colaboró con ilustraciones y observaciones en el boletín que se publicó entre 1892 y 1914. Aunque es más conocido hoy día por su faceta de astrónomo, su labor más destacada y cuantiosa la vemos en las muchas publicaciones que no sólo escribió, sino que ilustró entre los años 20 y 30, que fueron traducidas y publicadas por todo el mundo. De entre sus libros el más destacado será el enciclopédico Sur les Autres Mondes (En Otros Mundos,1937), donde vemos más de 400 ilustraciones. Nunca antes ningún lector había contado con un manual tan exhaustivo en su representación del Sistema Solar.
Sus ilustraciones de la Luna nos llaman la atención, pues mientras que muchos artistas la representaban como un lugar anguloso, afilado y poco erosionado, Rudaux presenta elevaciones suaves, paisajes sin obstáculos más allá de algunos cráteres como los que se encontrarían en las misiones Apolo casi 30 años después. Pero este realismo científico se volvió en su contra a la hora de erigirlo como un icono, pues la tipología de una superficie extremadamente rocosa, más llamativa y fantasiosa, contaba con el favor del público. Como indica Melvin Schuetz “Eran las montañas que la Luna debía tener. Los paisajes lunares de Rudaux eran científicamente más correctos, pero por desgracia eran tan aburridos como la propia Luna acabó siendo”. Esta tipología se mantendría en toda la era del arte espacial previo a las misiones Apolo, incluyendo el de Chesley Bonestell (quien sí se vería catapultado a la fama por sus ilustraciones mucho menos fieles a la realidad, pero mucho más espectaculares).
La trayectoria de Rudaux no cesó aquí: en su representación del resto del Sistema Solar encontramos un Marte colmado de tormentas, con cañones y llanuras anaranjadas, y un Venus erosionado, como si de una ardiente bola de arena se tratase. Veremos además diferentes vistas de Saturno y sus anillos desde algún satélite cercano. El trabajo de Rudaux no se limitó al Sistema Solar y encontraremos ilustraciones que nos muestran paisajes de planetas lejanos orbitando estrellas binarias, donde todos los elementos cuentan con dos sombras.
Otro pionero en el arte espacial será Scriven Bolton. Nacido en 1888, trabajó durante más de 15 años en la revista Illustrated London News publicando e ilustrando artículos astronómicos. Estos artículos se difundirían en revistas y periódicos norteamericanos, dándolos a conocer por todo el planeta. Bolton, a diferencia de Rudaux, continúa presentándonos paisajes arduos y rocosos en la Luna, perpetuando la idea de entorno inexplorado. Una peculiaridad de parte de la obra de Bolton reside en el método que desarrolló, en palabras de Clive Davenhall:
“Bolton desarrolló un método eficaz para producir paisajes lunares realistas que implicaban hacer un modelo de la superficie en plastilina o material similar, fotografiarlo y luego pintar sobre la fotografía. Este enfoque fue un desarrollo de la técnica de modelar la superficie lunar y fotografiarla bajo luz oblicua”.
Por otra parte, sus ilustraciones de Saturno no difieren demasiado de las fotografías de la sonda Cassini-Huygens y en las de Marte nos sorprende encontrar los polos helados del planeta. Bolton falleció pocas semanas antes de cumplir 40 años así que su producción artística será muy extensa, pero fue clave para comenzar a definir y explorar lo que acabaría siendo el arte espacial.
Sofía López es Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, actualmente finalizando sus estudios de máster en Museología y Estudios de Museos. Desde siempre la astronomía ha sido una de sus grandes pasiones, que a través del Space Art y de la tradición de ilustraciones astronómicas que se extiende a lo largo de la historia, encuentra el perfecto punto de unión entre ambas disciplinas. En 2016 colaboró con el SACI College of Art & Design Florence en el simposio From Galileo to Mars organizado con NASA, y al año siguiente publicó un artículo para la revista Descubrir la Historia, y más recientemente otro para Astronomía Magazine. En el ámbito cultural malagueño, ha dado varias conferencias tanto para la Facultad de Filosofía y Letras como para la Sociedad Malagueña de Astronomía. Ha trabajado en el Centre Pompidou Málaga y en la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo/Málaga.